Cuando tenemos una mala experiencia durante el día, el trabajo ha resultado especialmente estresante o simplemente estamos tristes, un abrazo puede hacer que nuestro estado emocional cambie completamente.
Te contamos cómo reacciona nuestro cuerpo a un abrazo.Que necesitamos recibir abrazos y caricias para sobrevivir es más que evidente durante los primeros años de vida. Estudios en bebés sugieren que en ausencia de contacto físico millones de neuronas mueren en sus cerebros. Sin gestos de afecto en la infancia tampoco se produce suficiente hormona del crecimiento, tal y como han demostrado científicos de la Universidad de Duke (EE UU), dando lugar a lo que se conoce como «enanismo psicosocial». Además, investigaciones recientes revelan que el cerebro de un bebé que no recibe caricias es aproximadamente un 20% más pequeño.
Cuando pasamos un mal trago y se lo contamos a alguien de confianza, de alguna manera, esperamos que extienda sus brazos y nos estreche contra su cuerpo en un acto en el que sentimos un profundo alivio, suspiramos y nuestro pecho se hincha de paz; deseamos que ese momento se prolongue en el tiempo lo más posible, creemos que en ese refugio que se nos ha creado no puede pasarnos nada malo.
Hay estudios de ello.
En un reciente estudio se ha demostrado, una vez más, que los abrazos pueden tener un impacto medible en el estado de ánimo y el estrés después de un conflicto social; aumentan los sentimientos positivos y reducen los negativos en días en los experimentamos problemas en nuestras relaciones, ante pérdidas o ante un mal día en el trabajo.
«Un comportamiento muy simple y directo como es abrazar podría ser una forma efectiva de apoyar tanto a hombres como a mujeres que están experimentando conflictos en sus relaciones», explica Michael Murphy, investigador del Laboratorio para el Estudio del Estrés, Inmunidad y Enfermedad de la Universidad Carnegie Mellon.
En el estudio se realiza un resumen de las actividades que cada persona realizó a diario, junto con sus estados de ánimo y ha evidenciado que hay un vínculo entre el estado emocional de estas personas, y la cantidad de abrazos que dieron o recibieron de otros.
“Los resultados indicaron que hubo una interacción entre el recibo del abrazo y la exposición al conflicto, de modo que recibir un abrazo se asoció con una menor disminución relacionada con el conflicto en el afecto positivo y un menor incremento relacionado con el conflicto en el afecto negativo cuando se evaluó de forma concurrente”, explican los investigadores en el estudio.
Es decir, los abrazos ayudan a las personas a sentirse mejor después de haber tenido un conflicto o una mala experiencia en el día.
Mientras más abracemos, más sano estará nuestro corazón.

Aun moviéndonos por el campo de la salud, podemos notar que los abrazos no solo son buenos para mantenernos alejados de las enfermedades. En realidad, estos también pueden ser una ayuda para conservar nuestra buena salud cardiovascular.
El estudio que comprobó esto estuvo compuesto por 200 voluntarios. Estos se dividieron en dos grupos. Los primeros 100 pasarían 10 en una habitación con sus parejas tomándose de las manos y 20 segundos adicionales abrazados. Por su lado, el segundo pasaría la totalidad del tiempo en silencio.
A ambos grupos se les monitoreó la presión arterial y el ritmo cardiaco antes, durante y después de la prueba. Los de la primera sección mostraron niveles significativamente más bajos que los de la segunda. Es decir que, aquellos expuestos a muestras de afecto como tomar de las manos o abrazar pueden ayudar a mantener el corazón funcionando a ritmos más saludables.
Por que abrazos son muy importantes.
1. Reduce el estrés y la ansiedad. Los abrazos, al igual que el contacto físico en general, estimula la producción en el cuerpo de dos hormonas, llamadas dopamina y serotonina. Los efectos de estas hormonas en el cuerpo son de calma y tranquilidad. También reducen una hormona llamada cortisol, que es la causante del estrés y la ansiedad. Lo más interesante es que estos efectos se prolongan mucho tiempo después de que seas abrazado.
2. Mejora el estado de ánimo. El aumento de la hormona serotonina que se produce en el cerebro cuando alguien nos abraza aumenta nuestra sensación de bienestar. Además, la presencia de esta hormona ayuda a elevar la autoestima. Es por eso que cuando estamos pasando por un mal momento, recibir un abrazo puede ser la solución para sentirnos mejor.

3. Fortalece el sistema inmune. Cuando alguien nos abraza se activa nuestro sistema inmune, favoreciendo la producción de glóbulos blancos. Gracias a esto, nuestras defensas resultarán fortalecidas para prevenir enfermedades y combatir infecciones.
4. Mejora la salud cardiovascular. Los abrazos que recibimos provocan que se activen unos mecanorreceptores en la piel llamados Corpúsculos de Pacini. Estos a su vez estimulan el mecanismo que se encarga de disminuir nuestra frecuencia cardiaca y nuestra presión arterial. Como consecuencia, mejora la salud de nuestro corazón.
5. Rejuvenece el cuerpo. Otro de los beneficios que posee el abrazo es favorecer la transportación de oxígeno a los tejidos. Debido a esto, nuestras células se mantienen en plena forma, previniendo así el envejecimiento prematuro de las mismas.
6. Potencia la conexión emocional. Un abrazo fuerte permite que se traspasen emociones entre las personas implicadas. Esto potencia la empatía y la comprensión hacia la otra persona. Además, se libera otra hormona llamada oxitocina, conocida también como la hormona del apego. Esta hormona promueve sentimientos de unión, estrechando el vínculo emocional entre las personas.
7. Ayuda a aliviar el dolor. Al abrazar o ser abrazado, tu cuerpo libera endorfinas. Estas bloquean los sensores del dolor, aliviando la sensación dolorosa. Además, con el abrazo se estimula la circulación de los tejidos blandos, lo que también ayuda a calmar la zona de dolor. Así que cuando algo te duela, abraza a alguien.
Pues lo dicho ha abrazar a todo el mundo que lo necesite, aunque actualmente sea un problema hacerlo, tambien las miradas a veces dicen igual o mas que un abrazo.
¡¡Hasta pronto!!
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